

A lo largo del gobierno de Mario Abdo Benítez se sucedieron diferentes episodios en los que su gestión y la de sus colaboradores estuvieron ligadas a personajes asociados al crimen organizado. Desde tiempos de Reinaldo “Cucho” Cabaña, luego Marcus Vinicus Espíndola, Lindomar Reges Furtado o, últimamente Eulalio “Lalo” Gomes, son solo los nombres más notables que tuvieron acceso a ministros y funcionarios. Del financiamiento dudoso de la campaña de Arnoldo Wiens, a la filtración de datos y la liberación de zonas de paso de cargamentos de drogas, el gobierno anterior se distinguió por sus vínculos con el crimen organizado, particularmente a través de uno de sus hombres más cercanos: Arnaldo Giuzzio.

Arnaldo Giuzzio, ex superminis¬tro abdista, y una extraña fascinación con pasearse en vehículos blin¬dados prestados por personas investigadas por supuestos vínculos con el narcotráfico.
El exsecretario de Estado vol¬vió al centro del escándalo luego de que los chats filtra¬dos del fallecido exdiputado Lalo Gomes, investigado por sus vínculos con el hampa, revelaran una cercana rela¬ción con Giuzzio.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el exsenador del Par¬tido Democrático Progresista (PDP) – del que también for¬man parte el senador Rafael Filizzola y la exlegisladora Desirée Masi– es señalado por vínculos de este tipo.
FILTRACIONES Y VÍNCULOS PELIGROSOS
La implicación de Giuzzio en actividades que favorecieron al crimen organizado no se limita al caso de los equipos de espionaje. Durante su ges¬tión, hubo filtraciones cons-tantes que beneficiaron a narcotraficantes. Uno de los episodios más notorios ocu¬rrió el 15 de febrero de 2022, cuando Lin¬domar Reges Furtado, un pez gordo del narcotráfico, huyó del Paraná Country Club minu¬tos antes de un operativo policial-judicial que buscaba arrestarlo.
Esa misma red de filtracio¬nes facilitó la fuga de Mar¬cus Vinicius Espíndola Mar¬qués de Padua, otro capo narco brasileño que man¬tenía una relación cercana con Giuzzio. Espíndola llegó incluso a prestar una camio¬neta blindada al exministro cuando su vehículo sufrió un desperfecto en Brasil. Ambos eventos demuestran la cer¬canía de Giuzzio con figuras clave del narcotráfico y cómo su gestión contribuyó a la evasión de estos criminales.
COMUNICACIÓN CONSTANTE CON SUPUESTO NARCO
Hablando de Marcus Vini¬cius, la Fiscalía reveló una serie de mensajes de What¬sApp intercambiados entre el exministro Arnaldo Giuzzio y el presunto narcotraficante brasileño. Estos mensajes, provistos por Bra¬sil, comenzaron en julio de 2021. En agosto de ese mismo año, Vinicius envió noticias y enlaces sobre “inversiones empresariales” realizadas en Brasil, que tanto él como el Dr. Pablo Rivas ya habían mencionado a Giuzzio, quien respondió con un escueto: “Perfecto”. Más tarde, Mar¬cus solicitó a Giuzzio que enviara una “camioneta Hyundai Santa Fe blindada” a Ciudad del Este para reali¬zarle “cambio de suspensión, mantenimiento de blindaje y retoques de pintura”, a lo que Giuzzio respondió: “Veo”.
En octubre de 2021, conti¬nuaron las conversaciones, y Marqués de Padua envió a Giuzzio un enlace y una cap¬tura de pantalla de una noti¬cia sobre el caso Lava Jato, un procedimiento en Bra¬sil. Giuzzio respondió con un “gracias Marcus” y luego añadió: “Les hablo”.
En noviembre, Vinicius se comunicó nuevamente con el entonces ministro del Interior para informarle que estaba en Asunción y que tenía muestras para pruebas balísticas de materiales para chalecos. En diciembre, Mar¬cus hizo referencia, a través de un mensaje reenviado, a tres vehículos de las Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE). Además, Vinicius consultó a Giuzzio sobre la posibilidad de enviar un vehículo averiado a su empresa para revisión, ofre¬ciendo este servicio como “cortesía” y adjuntó varias fotografías de los vehículos. En esa época, Giuzzio pla¬neaba vacaciones en Brasil.
La Fiscalía sospecha que Mar¬cus Vinicius no solo proveía servicios de reparación y blin-daje a vehículos del Ministe¬rio del Interior y de la Policía Nacional, sino que también estaba en tratativas con Giuzzio, en su rol de ministro, para la provisión de materia¬les a estas instituciones.
EL PRECIO DE LA NEGLIGENCIA
Las fallas en la gestión de Giuzzio al frente de la Senad y el Ministerio del Interior no se limitan al manejo de los equipos de espionaje. En mayo de 2020, Giuzzio dis¬puso el cierre de la Direc¬ción de Investigación Aérea Fluvial y Terrestre (DIAFT), encargada de fiscalizar puer¬tos privados y controlar el tránsito fluvial, debilitando significativamente los con¬troles antidrogas. A partir de entonces, las incautaciones de grandes cargamentos de cocaína vinculados a Para¬guay se volvieron frecuentes en Europa, con cifras alar¬mantes como los 16.174 kilos decomisados en Hamburgo, Alemania, en febrero de 2021.
Además, durante su periodo como ministro del Interior, Giuzzio enfrentó otro escán¬dalo al utilizar una camio¬neta registrada a nombre de una empresa de Espíndola, quien aspiraba a convertirse en proveedor de chalecos antibalas y blindajes para la Policía Nacional. Este vín¬culo expone un conflicto de intereses y una falta de ética en el manejo de sus respon¬sabilidades públicas.